Interstella 5555

De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.

De la serie cine para todos:

Interstella 5555
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Portada de la película
Director Leji Matsumoto y Daft punk
Productor los mismos de arriba
Actores Es anime, tu veras.
País ¿Japón? Resulta que es francesa
Año 2003
Presupuesto Una sesión de psicologia y un CD.
Secuelas ...

Proyecto de Leji Matsumoto.

Contenido

Historia

Trata de una banda musical Interestelar de pitufos, que es raptada por un mánajer de la Tierra "Me llamo Earl" de Darkwood, que ha hecho lo mismo durante la tira de años con el despropósito de juntar 3'141592 discos de gominola para dominar el frikiworld. Por esas casualidades de la vida esta banda de pitufos trifásicos formada por Strellada Mah'Carne(bajo), Ar!-pegio(guitarra), Octa-vio(voz y teclado), Baryl (bateria alkalina)son el 3'142592 disco de gominola. Pero el jefe de la seguridad Intergalaktica, Papá Pitufo Shep, no dejará que le chorimanguen a su banda favorita y mucho menos a Strellada Mah'Carne, porque el jabato está lobamente colgao (de ella).

Personajes

Capítulos

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CUIDADÍN
Este artículo o sección contiene alerones feos. O sea
SPOILERS.

One more time

Los pitufos no son en realidad lo que veiamos en la tele cuando eramos unos niñatos de baba. Son unos juerguistas alcoholicos porreros y/o pastilleros desenfrenados. Esta película se presenta, por tanto, como un documento antropológico único. Y además, hay más tías pitufas que en la serie original.

Se nos muestran como un pueblo ocioso (unos putos vagos) y siempre atento a las amenazas que vienen del exterior (o sea que son tontos y no saben de dónde les vienen las hostias. En un descuido unos misteriosos desconocidos fistros interespaciales aparecen sin venir a cuento.

La música: One more time (obvio), esa canción que en su momento me hicieron aborrecer hasta la saciedad en el ya desaparecido Up&Down.

Aerofagic

Suenan las doce, los pitufos deben volver a casa, pero un gas natural de los fistros interespaciales (conocidos por sus festines de fabada literal) se lo impide a todos. Caen fulminados, salvo el guitarrista Ar!-pegio, que compartió habitación en la universidad interespacial con un mozo un tanto rarito y amante de fabada, que en en una noche de borrachera le puso el culo como una bandera del japón. Ar!-pegio, por un lado acostumbrado al gas y por el otro temiendo por que le volvieran a ensanchar el esfínter que tanto dinero le costó hacerse reconstruir, logra en un primer momento escapar. Pero los fistros tienen otros gases, contra los que ningún pitufo puede, tienen gases plebeyos.

Los fistros malotes los meten todos, instrumentos incluidos, en unas fundas que anuncia la teletienda intergaláctica y se los llevan a sus naves. Todo se da por perdido, pero aún quedan muchas canciones, así que in extremis lanzan un ¡QUIIIIIIIIÀ! a quien lo pueda oir.

La música: Aerodinamic, con un pseudo-solo de guitarra que erizaría los pelos del ombligo al heviata más chungo, pero que nunca escucharía porque es de Daph-funk

Digital Porn

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Shep está tranquilamente pasando la vaporetta por su nave espacial, que después de haber atravesado un parque cualquiera de Barcelona está toda recubierta de mierda de perro y caca de paloma mutante. Al acabar la faena, ya las siete en Albacete, decide ir a ver porno por internet. Como cada día busca desesperadamente una foto de su amada Strellada ya sea en bolas, top-less o en una habitación con el aire acondicionado puesto muy fuerte. Pero, en lugar de eso, recibe el aviso del planeta pitufo.

Hay que correr, pues, a salvar a la amada y a esa panda de garrulos azul-esmeralda que componen su grupo. Los fistros, no se sabe como, convierten su nave en un boing 7π7 y aterrizan en Suiza. Shep se hace la picha un lío en la M-40 y se hostia en un campo de ciruelos.

La música: Digital Love, que podría ser una balada rockera de amor, pero suena un tanto gay.

Corporación Termoestultorea

Los fistros malotes sacan al grupo de pitufos de las fundas de la teletienda y les hacen un poco la estética. Naa, un poquito de color normal, entre los que eligen del blanco albino del guitarra Arr!-pegio al sano moreno de Mozambique que luce Octa-vio. Pero la cosa no acaba aquí, les eligen ropas molonas y les hacen la pelu instantánea con nanotecnología (seguro). Por último, les borran la memoria (¡Oh cielos, Qué gran pérdida!). Lo curioso de todo el proceso es que les dejan la ropa interior, por lo que es de suponer que debajo siguen siendo azules. ¿Qué hará Strellada cuando le ofrezcan ser chica playboy?

La música: Jarder, ¡Vete!, Faster, Tronges; me deja sin comentarios, nada más que voces aguitarradas y pieza rara en general.

Crecenlosenanos

Darkwood inicia sus maniobras. ¿Me estás diciendo que Darkwood es el jefe de los fistros malotes? En efecto. Les da un nombre para el grupo: Crecenlosenanos y los lleva a un productor musical, que debe ser de la especie más imbécil del mundo, que los ve tocar con cara de palo pero aún así con un ritmo infernal.

En fin, que acaban siendo los números uno de todo el mundo (¿Todo el mundo? ¡No! En España siguen escuchando la misma mierda de siempre). Darkwood se frega las manos: su ansiado disco de gominolas está casi en sus manos.

La música: Crescentdolls, canción que pasó inadvertida y quizá lo merezca... pero tiene un nosequé.

Night Tripi

El grupo Crecenlosenanos ha estado de gira a lo ancho y largo del mundo. Pero no son felices: se han aficionado a las drogas. Están ya cansados, aburridos y enajenaos. Van dando tumbos por los pasillos, no aguantan el equilibrio, van pidiendo papel de fumar incluso a las abuelas que dan de comer a las palomas en los parques...

Ojo, que Shep no está muerto. Vaga por la ciudad, disfrazado de homeless. Jura que salvará a su amada Strellada de la tortura que está pasando.

La música: Night vision, esta era de relleno.

Supercool

A Darkwood le da igual que el grupo esté para el arrastre. Esta vez ha contratado la filarmonica de hamburgo-con-tomate-mayonesa-ysinquesoporfavor para que hagua el paripé en un megaespectáculo. Las masas se agolpan en un estadio del Barça cualquiera, sin preocuparse por la preocupante escasez de oxígeno, esperando oir a sus ídolos del mes. Hasta ha llegado el dirigible de la Fudd, que se dedica a hacer el voyeur indiscriminadamente entre el público.

De pronto una figura aparece deslizándose en el cielo y levitando con la ayuda de unos secadores de pelo a modo de cartucheras (es shep). Se deja caer en el escenario, entre el asombro general, y hace una pose sexy a cámara lenta. Uno a uno desprograma a los pitufos musicales con un mando universal comprado en la teletienda... y por último su amada Strellada... Pero Darkwood se lo impide. Huyen, los malos los persiguen y Shep acaba malherido.

La música: Superheroes, una canción resultona hecha con un pedacito de who's been sleeping in my bed de Barry Manilow (quien lo diría, ¿no?)

Por la puerta grande

Tres pitufos se han liberado... ¡y qué!, tengo Strellada que está cada día más jamonarra piensa Darkwood mientras vuelven al hotel. Aún así están a rozar del disco de gominolas, del Granny Latino y del Golden Mongolian.

En la entrega del Disco de Gominolas está a petar de estrellas internacionales de la canción: Rosa de España, Marujita Díaz, Sara Montiel, Karina, el huracán Katrina... Todos saben que se van a volver de vacío, pero los canapés están de vicio. Incluso, los Daph Funk han vencido sus temores y allí están, entre flamencas y flácidas comiendo canpés a través de sus cascos.

El ganador indiscutible es Crecenlosenanos. Strellada, vestida de Dolce&Luchino, se presenta a la prensa gráfica con la misma cara de siempre. Pero entre ellos está Barny'l, disfrazado de paparazzi, con el mando de la teletienda. Libera a Strellada y le hace un gesto discreto, como lamiendose el pliegue entre los dedos índice y medio. Pero ni medio alelada Strellada se baja las bragas. Se van, no por la puerta, sinó por la grande.

La música: High Life, que ya me he quedado sin comentarios sarcásticos (si el lector apetece de añadir algo... porfa...)

Gírate p'atrás

Shep se muere. Se está desangrando. Los pitufos Ar!-pegio, Octa-vio y Barny'l quieren hacerle la despedida de este mundo lo más plácida posible. Pero claro, ninguno de los tres quiere poner el culo. Por eso necesitaban a Strellada...

Y allí, en un tinglado del puerto, se consuma la relación sexual contranatura entre Shep y Strellada. Todos juran venganza (incluso el muerto), y cuando finalmente expira, Octa-vio exclama: El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Todos asienten a esta aseveración, tras lo que añade: ¡Me toca meterla!. El bofetón de Strellada se oye a tres quilómetros a la redonda.

La música: Something about us, que es una canción de amor que me pone blandico.

Voy a Ger(ona)

Los pitufos musicales son ya libres. Se van de excursión al Montseny, que les ha dicho un pavo que está muy bien. Toman la AP-7 y tras algún que otro problema en el peaje de La Gravilla (ninguno tiene ni idea de qué es un peaje: ¡además de pitufos insolidarios!). Subiendo por las montañas y atravesando los valles, llegan a un prado la mar de bucólico. Sacan la nevera, pero dentro encuentran un fiambre (Shep). Lo entierran allí mismo, con un poco de cal, y aquí nadie ha visto nada.

En estas que se acerca un pastor con un acento catalanogironí infernal; se establece un diálogo de sordos

Que em cardin si no sou els nois nous d'en Darkwood [Que me aspen si no sois los chicos nuevos de Darkwood]

[Sí]

Bo i que el seu mas es a uns cinc minuts d'aquí, dalt aquell puig [Bueno y que su caserío está a cinco munutos de aquí, arriba esa colina]

No m'entens un borrall, oi mossa [No entiendes una mierda, ¿no chica?]

Y la cosa se alargó un buen rato, el pastor diciendo bo i que i cardin cada cinco palabras y los pitufos contestando Sí a todo. Al final, el hombre se harta. Por suerte el coche lleva navegador Galileo y nadamás introducir "Darkwood" les señala un punto muy cerca de ellos.

La música: Voyager, que no es por nada pero es otra de relleno

Ver si hay buhos

Los pitufos cantarines van en coche por un camino de montaña. Es de noche. Strellada parece tensa. De pronto se oye en el bosque el u-hu, u-hu de un buho. Strellada da un bote y pega casi en el techo. Mierda, se ha desecho su peinado. Ver si hay buhos, que me dan mucho miedo. Sus compañeros se mofan de ella. Entre chanza y chanza, el navegador Galileo hace un pitido. Han llegado a la masía Ca'l Darkwood.

Se cuelan por una puerta, muy sigilosos, y deambulan a oscuras por la casa. Al fin, llegan a una habitación que huele a rancio y como a lejía. Octa-vio, él siempre tan sobrado, enciende una cerilla. La luz vacilante de la llama les muestra estanterías y estanterías llenas de porno de todo tipo. Entre ellas hay una, medio vacía, en la que cuelga un cartel Frikipedia Británica. Sobre un escritorio hay un libro gordo de petete, abierto por la página 888. Como no saben leer se ponen a mirar las ilustraciones.

En ellas encuentran el porque de todo ello. Darkwood tenía un padre muy estricto, que nunca le daba dulce. Un día en el colegio le dieron una gominola en forma de pitufo, que le sentó mal y le hizo cagarse por la pata abajo. Siempre culpó en secreto a su padre de lo mal que lo había pasado. Y de ahí que odie a los pitufos.

Ar!-pegio siente una mano en su espalda. Sus reflejos de kung-phu! le hacen girarse de golpe para defenderse, pero es un vano esfuerzo. Los esbirros de Darkwood van armados con grapadoras de oficina y gomas de pollo. Los hacen compadecer ante el amo de la casa, en un sótano tétrico lleno de otros esbirros que corean el achilipú, quien enfurecido por la interrupción del armonioso salmodio mete a Strellada en una especie de máquina ciclotrónica (carísima, seguro). Ar!-pegio, Octa-vio y Barny'l se sienten impotentes. Ellos tres se encomiendan al Fary, quien viene en su rescate revestido de fuerza telúrica provocando un terremoto. A Darkwood le cae encima una pesa de 3,5 quintales, salida de vaya usted a saber de dónde y el pánico cunde entre los esbirros quienes se suicidan tirandose a un pozo de lava.

La música: Veridis Quo

Cagondé! que chispazo(Short Circuit)

Los pitufos consiguen huir milagrosamente de la explosión de lava de Ca'l Darkwood, cagando leches literalmente. Llevan consigo el libro gordo de petete que se llevaron de la biblioteca del malogrado malvado de la película. Mientras vuelven a la ciudad, Ocata-vio sigue ojeando las páginas de papiro antiguo, hasta que da con una especie de imágen de una cinta de casette. Chulo como ninguno, arranca la hoja y se la guarda. Tiene un plan.

Octa-vio se cuela en las oficinas del malo Darkwood, disfrazado de señora de la limpieza, y mientras canta zarzuelas con voz de cazalla (para disimular) va buscando por cajones y recovecos una cinta de casette como la que vió en el libro. Al fin, la encuentra en una estantería, aguantando una maceta con un pótox algo mustio. De la emoción le vuelve su voz natural de barítono, lo que hace saltar las alarmas en la sala de guardias.

Y esta vez, los guardias son eficientes, y le inmobilizan al mas puro estilo Mosso d'Esquadra. Del chispazo, Octa-vio, cae al suelo inconsciente y pierde el color aquel moreno tan sano, para recuperar su azul pitufo original.

Mucha Jeta

Ara resulta que los miembros del grupo Crecenlosenanos son marcianos de color azul turquesa. Sus fans de todo el mundo se dividen entre los sorprendidos y los que dicen que tienen mucha jeta, que mentir así es feo y que quemarán sus discos.

Claro, a los pitufines todo ello se la suda. Ellos quieren recuperar su identidad, y la cinta que encontró Octa-vio la tiene requisada la policía. Al fin logran escuchar una copia remasterizada que les entrega su antiguo agente. Resulta ser una grabación unplugged del Torito bravo del Fari. Al escuchar los primeros acordes, el bloqueo que Darkwood había impuesto a los pitufos, se afloja hasta desaparecer.

Ya recuerdan quienes son, ahora les falta volver a su casa. Siempre solícito a hacer chorradas, el millonario Raymond Brainless, conocido por sus vuelos suborbitales, les presta su última nave: El Fucker Imperial. Dicho y hecho, embarcan en el aeropuerto internacional de Barcelona, dónde les perderán las maletas, y con tres meses de retraso despegan hacia el planeta pitufo.

Chulo

El despegue del Fucker Imperial no es ningún problema, e incluso el vuelo resulta placentero. Hasta que aparece la azafata, llevando cacahuetes. Barny'l, que es un tragaldabas, es el primero en abrir el dichoso paquetito con los dientes. Se vacía la bolsa entera en la boca y se dispone a mascar... Mientras, Octa-vio, que siempre está a la que salta, se fija que la azafata se parece muy vagamente a Darkwood.

Barny'l va dando cuenta de más y más bolsas de cacahuetes, hasta que se empieza a hinchar. Entonces la azafata se metamorfosea en el espíritu maligno de Darkwood. La nave empieza a dar bandazos ahí enmedio del espacio. Todo parace perdido, cuando aparece, como un rayo azulado el espíritu del bueno de Shep. Se pelean él y Darkwood, mientras la nave atraviesa el mismo efecto especial que 2001 una odisea espacial. Al final, los dos espíritus desaparacen en la inmensidad del cosmos y los pitufines siguen su viaje a casa.

Mientra, aprovechan para empezar a pensar en un nuevo disco, que si tienen prisa saldrá a la venta para navidad en la Tierra y Kris+ en el planeta pitufo. Se forran, viven felices y comen perdices (azules, eso sí).

Corolario

Resulta que todo esto lo estaba soñando una criatura demasiado Otaku que escuchaba un disco de chapopote de Daft-Punk. Si es que estos guionistas merecen hasta el último euro que cobran!

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